Y por último el Cusco es, claro, punto de partida de las rutas al Machu Pichu y Choquequirao.
Del primero nada (o todo) queda por contar. Todos hemos visto esa foto, casi idéntica, de las ruinas del Machu Pichu, con el Huayna Pichu como telón de fondo. Esa misma foto que a mí, en mi niñez, hizo que este lugar se convirtiera en el destino de mis sueños. Un 3 de junio de 2011 se cumplía.
La ruta a pie más conocida para subir al Machu Pichu es el Inca’s Trail, un trecking de unos 4 días que empieza en Ollantaytambo y recorre otras ruinas incas antes de llegar a su destino. El Inca’s Trail se ha convertido en un lujo por su exagerado coste, además recorres el camino con un grupo numeroso de personas, hechos que lo adulteran enormemente. Nosotros optamos por la ruta de Santa Teresa que consiste en desplazarse del Cusco a Santa Maria en colectivo pasando por espectaculares paisajes, ya que cruzas la cordillera por un paso de más de 4000msnm que discurre entre nevados, para posteriormente bajar en picado a un área de vegetación preselvática. Desde Santa María un taxi de pasajeros (son taxis que tienen un coste fijo por trayecto y persona y salen cuando se llenan) te lleva hasta Santa Teresa, un pueblecito a la orilla del Urubamba que tuvo que ser reconstruido totalmente hace 13 años ya que una crecida del río lo arrasó por completo. El máximo atractivo de Santa Teresa son sus piscinas de aguas termales que también fueron arrasadas hace 2 años por otra crecida del río y que se están reconstruyendo actualmente. En Santa Teresa dormimos una noche en el hostel del señor Juan, muy agradable y recomendable. Al día siguiente por la mañana fuimos en taxi hasta la hidroeléctrica, este trayecto se puede hacer también caminando, son unos 12 km por un camino de tierra paralelo al río. Una vez allí es tan sencillo como empezar a caminar sobre la vía del tren.
Son unas 3 horas de ascenso siempre siguiendo el curso de la vía. Tras pasar un tramo de frondosa vegetación llegamos a un espectacular puente de hierro que cruza el río Urubamba y desde donde, por primera vez, se divisa el Machu Pichu.
El recorrido termina en el pequeño y comercial pueblo de Aguas Calientes, repleto de hostales y restaurantes, ya que se ha convertido en el dormitorio de los visitantes del Machu Pichu. Nosotros dormimos muy bien y barato en el hostel del Restaurante Aquoi (o algo parecido), delante del Hostel El Viajero.
Es recomendable visitar el museo del sitio donde se explica cómo Bingham encontró el Machu Pichu para darlo a conocer a nivel mundial y llevarse las piezas encontradas a su país sin que hayan sido retornadas hasta el momento.
Nos fuimos a dormir excitados, como niños en la vigilia de reyes. Dado que el ascenso al Huayna Pichu está limitado a las primeras 400 personas que ingresan a Machu Pichu, tuvimos que madrugar para situarnos en una buena posición en la numerosa cola que se forma ante la verja del puente que no abren a las 5 de la madrugada. Desde allí hasta las puertas de ingreso al Machu Pichu son 45 minutos de empinado ascenso a través de unas escaleras de enormes peldaños. Efectivamente conseguimos una buena posición, sólo teníamos unas 25 personas delante, pero cuando nos tocó cruzar la verja un guardia inútil nos retuvo durante varios minutos porque creía que nuestro tiquet (comprado en el Cusco) no era válido, tuvimos que esperar a que realizase una llamada y le confirmasen que podíamos pasar. En todo ese tiempo pasaron delante de nosotros más de 200 personas, por lo que cuando por fin pudimos pasar emprendimos una extenuante remontada adelantando a innumerables sujetos que en plena noche jadeaban y tosían para llegar los primeros. El resultado fue entrar al Machu Pichu entre las 5 primeras personas y poder ver las ruinas con las primeras luces del día y sin un alma recorriéndolas.
A continuación os mostramos un reportaje fotográfico de nuestro día en Machu Pichu:
- Puerta de acceso al complejo ceremonial o zona alta donde se vivían los gobernantes, sus allegados y los sacerdotes.
- Enormes piedras forman parte de los muros construidos por los incas
- Muchos de los habitáculos están construidos aprovechando los desniveles y las irregularidades naturales del terreno
- Anochece en el Machu Pichu ya que nos esforzamos para ser las últimas personas en abandonar el recinto en ese día
En definitiva, Machu Pichu nos fascinó y nos sigue fascinando recordarlo y ver las fotos incluso después de casi 1 año de viaje por muchas más ruinas.
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