En Sucre tomamos un bus hacia Santa Cruz y nos bajamos en Samaipata, pueblecito que está al sur del Parque Amboró.
El viaje duró unas 12 horas y nos costó 105 bolivianos a cada uno en semi-cama. Fue un viaje muy movido porque la ruta no está pavimentada, además en el bus no había luz y todo el equipaje de mano estaba por el suelo debido al traqueteo constante. Una niña dormía en el diminuto pasillo del bus y, como el viaje dura tantas horas, había 2 conductores: el que no conducía iba metido en el guardaequipajes encima de un colchón. Hubo un momento en que paramos a desaguar, pero nosotros no encontrábamos nuestros zapatos ya que se habían corrido por debajo de los asientos delanteros, como no podíamos más bajamos con calcetines. Al subir, con la luz de una linterna recuperamos nuestro calzado pero no encontrábamos la chaqueta marrón de Esteve, después de 20 minutos de búsqueda desesperada durante la cual Esteve iba enfocando a la gente a la cara (y despertándoles…) llegó a enfocar al señor que estaba delante nuestro e inmediatamente el señor estiró los brazos con la chaqueta en la mano diciendo ‘Aquí está!’ cuando en realidad se había apropiado de ella para abrigarse, ya que también hacía mucho frío en el bus.
Samaipata tiene unos 4000 habitantes pero sólo la mitad son bolivianos, el resto son habitantes de 17 nacionalidades diferentes, con lo que el pueblo se ha adaptado al modus vivendi de los extranjeros. Está lleno de agencias de tours. Por nuestra cuenta hicimos una excursión a Las Cuevas, una cascada de agua muy bonita, y visitamos El Fuerte, una santuario de la época pre-incaica.
Y con agencias hicimos:
- Junto a una pareja de austríacos visitamos el bosque de helechos prehistóricos
- Con Jarret de USA estuvimos en Buenavista (Codo de los Andes)
Como agencia de tours recomendamos Tucandera Tours y a Saul como guía, no recomendamos a Amboró Tours.
Tuvimos la oportunidad de estar en Samaipata el día en que se celebra la Virgen de la Candelaria, la patrona del pueblo, cada año una familia se encarga de invitar a todo el pueblo a comida, música y diversión durante 2 días. Pueden llegar a gastarse más de 5000 dólares, pero eso sí, ese año la Virgen velará por todos los miembros de la familia.
Y fuimos al teatro donde la gente local representó una salida de olla llamada ‘Don Quijote de La Mancha versus El Fantasma de la Ópera’.
Desde Samaipata fuimos con trufi hasta Santa Cruz, la ciudad con más población del país y que no visitamos porque nos dijeron que el único interés es que es muy moderna y comercial. Desde la terminal de Santa Cruz tomamos un bus hacia la chiquitanía, una serie de pueblecitos ubicados en una zona de preselva donde los jesuitas levantaron Misiones que protegían a los indígenas guaraníes de la esclavitud española a cambio de que se convirtiesen al cristianismo. A diferencia de las misiones argentinas y paraguayas éstas han sido restauradas recientemente conservando los métodos y estética originales.
Visitamos 6 de estos pueblos: San Javier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos, ésta última con una estética distinta ya que domina la piedra mientras que en el resto domina la madera.
El esquema de todos los pueblos es similar, en un extremo está la iglesia con la plaza delante a partir de la cual crece el pueblo y siempre hay y una laguna cerca en las que en algunas ocasiones pudimos disfrutar de un buen baño. También es curioso ver que en toda la zona existen moto-taxis.
xiquets!! veo q ya estais por alli, q envidia. Por cierto intente llamaros pero creo q tarde ya habiais volado. interesante seguiros por el mundo, muchos besitos a los dos mios y tb de giuseppe
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