sábado, 9 de julio de 2011

ATRAPADOS POR BOLIVIA – VILLA TUNARI / COCHABAMBA

Nuestra única experiencia ferroviaria en Bolivia fue la del tren que nos llevó desde San José de Chiquitos a Santa Cruz, un viaje nocturno con reminiscencias de nuestra infancia ya que las ventanas eran abatibles pero no hacia abajo sino hacia arriba y toda la noche el aire nocturno nos estuvo acompañando. A nuestra llegada a la gran urbe nos encontramos con la ingrata sorpresa de un bloqueo en la carretera principal en protesta por el aumento de precio de la canasta familiar, hecho que nos dejó en la estación desde primerísima hora de la mañana hasta las 18h, por cierto, allí nos enteramos del ‘romance’ entre Piqué y Shakira. 
Después de un viaje más largo de lo esperado, llegamos a Villa Tunari en plena noche y nos alojamos en el hostel más cercano al sitio donde nos dejó el bus, El Mirador, resultó ser un lugar con unas vistas excelentes pero poco cuidado y plagado de zancudos.
Villa Tunari fue una experiencia agridulce para nosotros. Lo malo fue que, debido a las constantes lluvias, no pudimos visitar el Parque Machia. Lo bueno fue que a pesar de estar lloviendo pudimos recorrer el Parque Carrasco para ir a ver distintas especies de murciélagos y una especie de pájaro, llamado guácharo, que al sentirse amenazado ruge como un león. La excursión la hicimos con una pareja franco-argentina.

Otro lugar agradable al que fuimos fue una pequeña playita en el río que transcurría en plena selva y donde posiblemente se filmó una escena de ‘Y también la lluvia’.

Y naturalmente nuestra primera incursión en solitario en la selva por un camino que nos llevó hasta una futura plantación de coca…

Tampoco olvidaremos el rico Pacú (pescado de río) que comimos…

Nos fuimos de Villa Tunari ahuyentados por las noticias de fuertes inundaciones a 15 km de donde estábamos por el desbordamiento de diferentes ríos.
Camino a La Paz paramos un día en la moderna ciudad de Cochabamba donde lo más destacado en el Cristo, con dimensiones mayores al que se encuentra en el Pan de Azúcar de Río de Janeiro, que se encuentra en lo alto de un cerro que domina la ciudad. No pudimos subir en teleférico porque era el día de mantenimiento semanal (lunes) ni a pie por la amenaza exagerada de ‘maleantes’ en las escaleras, por lo que tomamos un taxi para subir y luego bajamos a pie. Arriba los bolivianos fotografiaban a Esteve, a ver si adivináis por qué.

Una cosa que nos sorprendió de Cochabamba es que en su plaza principal se reúnen grupos de bolivianos para discutir las noticias de los periódicos y cada cual da su opinión en voz alta.