Hola de nuevo!! Ahora estamos en Puerto Iguazú, pero antes de irnos de Buenos Aires hicimos lo que teníamos pendiente:
Charlar con Mafalda en la C/Defensa mientras 2 espontáneos detrás nuestro se marcaban un tango a viva voz
Ver un tango
El de la foto lo vimos en un restaurante de La Boca y era totalmente para turistas, estuvimos también en un espectáculo que hicieron delante del Congreso al aire libre y gratuito en el que no dejaban de hablar de los beneficios del tango y de la importancia de incorporarlo en las escuelas. Finalmente fuimos a un lugar donde daban clases de tango y en el que a partir de las 23h había música en vivo y todo el mundo que quería podía y supiese podía salir a baliar…a Celia la quisieron sacar pero no se atrevió…
Por supuesto vimos en el Casal Català el 5-0, fue espectacular ver como los argentinos blau-grana gritaban ‘Puto Ronaldo’ y cantaban el himno culé
Después de toda una noche viajando, primero en buque y luego en bus, llegamos a Montevideo, sólo estuvimos un día pero fue suficiente para sorprendernos. Es una ciudad donde parece que el tiempo se haya parado.
Tiene un Malecón que nos recordó al de La Habana y fue la primera playa que vimos desde que iniciamos el viaje
Per cert companys aquí teniu un missatge del Juampa per tots els titos
Al volver de Montevideo pasamos nuestras últimas horas en Buenos Aires, concretamente en una reserva natural que peligra por estar demasiado cerca del nuevo barrio rico de la ciudad (Puerto Madero), ya que es lo único que separa este barrio del Rio de la Plata
Después de toda una noche viajando en Omnibus llegamos al paraíso: San Ignacio Miní, dejamos atrás la gran ciudad para llegar a un pueblo de calles anchas y casas rodeadas de patios
Un lugar rural con un proyecto de turismo en auge debido a que en medio del pueblo se ubican las ruinas mejor conservadas de todas las reducciones jesuíticas que se levantaron en la zona de Misiones
Fue muy interesante conocer la relación que se estableció entre una parte del pueblo guaraní y los misioneros jesuitas, según nos explicaron, a través del arte los jesuitas consiguieron atraer a los guaraníes y explorar sus capacidades artísticas. Para los guaraníes la unión a los jesuitas les protegía de los esclavistas, no obstante tuvieron que renunciar totalmente a sus creencias y a su libertad, ya que tenían que cumplir escrupulosamente con las normas establecidas por los jesuitas.
Otro atractivo menos conocido de San Ignacio es el parque natural de Tuyu Cuaré, el cual nos fascinó. Llegamos allí en bicicleta, lo cual hizo el viaje muy ameno. Es un lugar de preselva con miradores sobre el río Paraná en su parte alta y zonas de pastizales que te permiten acercar al río, vimos un sinfín de lagartos y la vegetación es exuberante.
También se puede llegar a las ruinas de la casa de Borman, un nazi que era la mano derecha de Hitler y que fue a esconderse en este remoto lugar…
Nuestra estancia en San Ignacio fue aún más grata debido a nuestro alojamiento: una cabañita regentada por Nicolás y Vicky, con quienes nos sentimos como en casa, y que recomendamos a todos los que decidáis visitar San Ignacio.
Y en Puerto Iguazú, a 4 horas en Omnibús desde San Ignacio, nos encontramos con Caty y Joan
Con ellos visitamos las cataratas argentinas e hicimos el sendero Macuco en el que vimos monos, lagartos, hormigas y arañas gigantes, un tucán y otras aves exóticas
Las 2 hermanitas se lo pasaron de lo lindo
Y las cataratas…os ponemos una foto de las miles que podríamos poner, pero esto para creer que es verdad hay que verlo con tus propios ojos y sentirlo con toda tu alma
La Isla de San Martin estaba cerrada así que no pudimos irnos a bañar de estrangis, per tant Moki, el nostre record es manté intacte…
El 2º día en cataratas vimos coatíes en busca de las mochilas de los turistas, recorrimos la parte baja de las cataratas que es algo absolutamente brutal y volvimos al Macuco donde tuvimos la poza para nosotros solos y donde estuvimos a punto de perder nuestras mochilas porque un coatí intentaba llevarse un bocata de jamón y queso, que estaba dentro de una mochila, tirando de ella con dientes y zarpas. Previniéndolo nosotros habíamos atado las mochilas a una raíz y por eso el coatí no pudo llevárselas.
Ara marxem a unes cabanes que estan totalment incomunicades al parc natural on hi ha els Saltos de Moconá, ja us explicarem!!!